14 / 09 / 2023
La académica Macarena Orchard, de la Escuela de Sociología de la Universidad Diego Portales e investigadora del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales (ICSO) UDP, comentó los proyectos de investigación en que está trabajando actualmente, como su proyecto Fondecyt “Construyendo respeto y dignidad. Un estudio sobre el movimiento de parto respetado”, y habló sobre la sociología del respeto, una de sus principales líneas de investigación.
La profesora Orchard es Doctora en Sociología por la Universidad de Nottingham, Reino Unido, Master of Arts en Sociología por la Universidad de Warwick y Licenciada en Sociología por la Universidad de Chile. Además de su trabajo en la UDP, es subdirectora del Observatorio de Violencia y Legitimidad Social (OLES), Investigadora Adjunta del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y del Núcleo Interuniversitario Multidisciplinar Individuos, Lazo Social y Asimetrías de Poder (NIUMAP). Ha sido Investigadora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD-Chile) y Consultora para la Oficina Regional de FAO para América Latina y el Caribe.
- En palabras simples, ¿qué es la sociología del respeto?
La sociología del respeto es una invitación a interrogar de manera sistemática un fenómeno que la sociología ha mirado de manera un tanto tangencial, muchas veces poniendo el foco en otros fenómenos asociados a este pero que no lo constituyen totalmente, tales como el estatus, el reconocimiento, entre otros. La sociología del respeto busca entender los significados que las personas atribuyen a este fenómeno, las prácticas que desarrollan para otorgarlo y adquirirlo, las tensiones que se producen en el proceso de ganarlo y perderlo, así como reconstruir la estructura de ventajas y desventajas asociadas a la consecución de respeto, es decir, quiénes están en mejores y peores condiciones de ser respetados en la vida social.
- ¿Por qué es importante estudiar el respeto?
Estudiar el respeto es importante por diversas razones, algunas sociológicas y otras sociales y políticas. En relación a las primeras, estudiar el respeto es muy fructífero para poder entender las expectativas de trato que portan los actores sociales, y eso nos permite comprender muchas cosas asociadas a cómo estos definen su valor y el valor de los otros y cuáles son las formas de interacción que consideran adecuadas o inadecuadas de acuerdo a dicho valor. El estudio del respeto nos permite, además, leer cambios sociales. Existen distintas formas de respeto y observar cómo estas se tensionan en la vida social es muy informativo para comprender, por ejemplo, disputas generacionales asociadas a cómo va cambiando el tipo de trato esperado por los actores sociales en diversos contextos. En relación a las segundas, el respeto es una demanda social explícita, por lo que es relevante entender sus condiciones de posibilidad y producción.
- ¿En qué etapa se encuentra su proyecto Fondecyt (“Construyendo respeto y dignidad. Un estudio sobre el movimiento de parto respetado”)? ¿Con quién/es está trabajando?
Actualmente estamos iniciando la primera fase del trabajo de campo. Estamos entrevistando a activistas y expertos del parto respetado, lo que ha sido sumamente interesante. Estoy trabajando junto a dos asistentes de investigación, ambas sociólogas, Natalia Yáñez y Valentina Gómez, y además tengo un equipo de tesistas muy comprometido, todos vinculados a la Escuela de Sociología UDP, los cuales están mirando diversas aristas sociológicas del fenómeno del parto en sus proyectos de tesis.
- ¿Cuáles son algunas de las conclusiones a las que han llegado hasta ahora?
Hay muchos elementos interesantes que han surgido en este tiempo. Algo que nos ha llamado la atención es la complejidad inherente a la construcción de respeto en un ámbito en el cual se tensionan, por un lado, la evidencia y la autoridad médica, y por el otro, las expectativas y demanda de autonomía de las mujeres. Hemos observado también que garantizar el respeto total en el parto es muy complejo, pues el respeto requiere condiciones que el sistema médico no siempre está en condiciones de proveer, por diversos motivos, institucionales y culturales, desde disponer de tiempo e infraestructura adecuada, hasta cómo se concibe el rol de la mujer en el parto.
- ¿Por qué diría que es importante hablar y estudiar sobre el parto respetado?
Desde el punto de vista de una sociología del respeto, el parto respetado es un ejemplo muy interesante de un intento por construir respeto en un ámbito específico de la vida social. El movimiento por el parto respetado surge como respuesta a experiencias sistemáticas de falta de respeto en el parto reportado por muchas usuarias, y es un movimiento que ha llegado lejos en términos de modificación de prácticas, normativas, leyes, entre otros. Observar este movimiento nos puede permitir comprender las tensiones, dificultades y posibilidades asociadas al proceso de construir sociedades más respetuosas. Nos permite observar que el cómo se define y operacionaliza el respeto es algo que está en disputa, y es muy interesante mirar esa disputa.
- ¿En qué otros proyectos está trabajando actualmente y en un futuro próximo?
Actualmente participo en diversos proyectos que nutren mi agenda de investigación y me permiten observar fenómenos que colindan y se relacionan con el fenómeno del respeto. Por ejemplo, formo parte de un proyecto Exploración junto al equipo del Observatorio de Violencia y Legitimidad Social (OLES) donde buscamos entender mejor cómo se construye el vínculo entre la ciudadanía y las policías, cómo y por qué varía la legitimidad que se le otorga a éstas y cómo esto impacta en la justificación de la violencia.
También sigo trabajando con el equipo de NIUMAP en el estudio de las formas de ejercicio de la autoridad en la sociedad chilena, donde estamos explorando los datos que obtuvimos de la Primera Encuesta Nacional sobre el Ejercicio de la Autoridad en la Sociedad Chilena. Paralelamente tengo otras colaboraciones con colegas, una muy interesante en el marco del proyecto Fondecyt del profesor UDP Jorge Atria, en torno a la interacción entre elites y sectores populares; y otra con la profesora Lorena Contreras, de la Escuela de Psicología UDP, en torno a predictores de revictimización de abuso sexual infantil.